

Los smartphones han transformado la infancia
Los smartphones no fueron creados pensando en los niños, y sin embargo, han transformado la infancia en apenas unos pocos años. En todo el mundo, la mayoría de los niños recibe su primer teléfono inteligente antes de cumplir los 10 años.
El 61 % de los niños entre 6 y 17 años tiene un celular propio, y el 64 % consume contenido digital sin supervisión.*
En lugar de desarrollarse de forma gradual, la infancia se está acelerando por un mundo digital diseñado para captar y retener su atención. Los efectos sobre el desarrollo infantil, la salud mental y las relaciones en el mundo real son profundos, y no podemos darnos el lujo de ignorarlos.
Aquí presentamos algunos de los problemas más importantes:
Fuente: Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC). (2025). Estudio de infancia y medios audiovisuales: consumo, mediación parental y apropiación.)
Contenido dañino
Con un smartphone en sus manos, los niños están a solo segundos de acceder a contenido dañino o perturbador, a menudo entregado por los algoritmos incluso cuando no lo están buscando.
La exposición a material explícito, violento o extremo puede dejar huellas duraderas en sus mentes. Una vez visto, ese contenido no puede olvidarse.
El 90 % de las niñas y el 50 % de los niños afirman haber recibido contenido explícito que no querían ver.

Adición
Cuanto más tiempo pasan los niños en línea, más ganan las empresas tecnológicas y cada función está diseñada con ese objetivo en mente.
El scroll infinito, las notificaciones y las recompensas están pensados para mantenerlos enganchados, haciendo que sea extremadamente difícil que dejen sus dispositivos a un lado.

Salud mental
Desde que los smartphones entraron en la vida de los niños, la ansiedad, la depresión y las autolesiones en adolescentes se han disparado.
Las investigaciones señalan una conexión clara: la exposición temprana a las pantallas constantes, la presión de las redes sociales y la comparación sin fin están afectando gravemente el bienestar mental de los jóvenes.
Los datos muestran que cuanto más temprano recibieron su primer smartphone, peor es su salud mental hoy.

Atención
En promedio, los adolescentes reciben más de 200 notificaciones al día, cientos de interrupciones digitales que roban su atención y rompen su concentración.
Con el tiempo, este flujo constante de alertas y sonidos hace que les resulte más difícil concentrarse profundamente en el aprendizaje, disfrutar de actividades sin pantallas o construir amistades significativas.
La distracción se ha convertido, silenciosamente, en la nueva normalidad.

Ciberacoso
Los conflictos que antes quedaban en el colegio ahora acompañan a los niños a todas partes: llegan a sus teléfonos, a sus habitaciones y continúan durante la noche.
Sin un espacio para desconectarse y sanar, la crueldad en línea puede parecer inescapable y abrumadora.
Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 6 adolescentes afirma haber sido víctima de ciberacoso en el último mes.

Costo de Oportunidad
Por primera vez en la historia, la infancia se está trasladando al interior y a las pantallas.
Hoy, los niños pasan mucho menos tiempo explorando al aire libre, jugando de forma creativa, leyendo por placer o moviendo sus cuerpos, y mucho más tiempo haciendo scroll a solas.
El costo no es solo el tiempo perdido, sino también las experiencias y habilidades que podrían no recuperar jamás.

Grooming (acoso y manipulación en línea)
Apps that feel like playgrounds to kids — TikTok, Snapchat, Roblox and more — are also used by predators to seek out and target them. The moment a child gets their first smartphone, they can become reachable by people with harmful intentions, often without even realizing it.

Familia
Los smartphones pueden instalarse silenciosamente en el corazón de la vida familiar, compitiendo por la atención, generando discusiones sobre el tiempo de pantalla e interrumpiendo los momentos que más importan.
Su poder adictivo dificulta que las familias pasen tiempo real, presente y sin interrupciones juntas.

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